¿El tomate es un gran aliado para nuestra salud?

Pilar Doménech Moreno • 10 de octubre de 2022

BENEFICIOS QUE NOS APORTA EL TOMATE A NUESTRA SALUD

Mejora la circulación sanguínea: es un mineral muy saludable para el buen estado de nuestra sangre, así como vitamina K, que ayuda a controlar la coagulación de la misma. Protege nuestra salud frente a problemas como el infarto de miocardio y cardiovasculares.

 


Cuida de la piel: al contener grandes propiedades antioxidantes. Es un remedio natural contra el envejecimiento y un gran aliado para el cuidado, no sólo del aspecto de nuestra piel, sino también de nuestro pelo y nuestros dientes. De hecho, muchos cosméticos destinados al cuidado estético, contienen tomate en su composición.

 


Previene el estreñimiento: esto es debido a su contenido en fibra que cuida del tránsito intestinal y evita la aparición de enfermedades que tengan que ver con los órganos gastrointestinales.

 


Es un diurético natural: otra de las propiedades beneficiosas para la salud que contiene el tomate y que debemos destacar. El tomate posee potasio y bajos niveles de sodio, lo que favorece a evitar la retención de líquidos y a la eliminación de toxinas.




El tomate es, sin duda, un alimento indispensable de la dieta mediterránea y gracias a su versatilidad está presente en una gran variedad de platos de nuestra gastronomía. Ahora, además, son varios los estudios que resaltan el beneficio que esta hortaliza aporta a nuestra salud cardiovascular. En concreto reseñan que una dieta rica en derivados del tomate ayuda a reducir el riesgo de sufrir un infarto cerebral (ictus), además de prevenir la aparición de otras enfermedades.


Al parecer, el beneficio está en el licopeno, un pigmento orgánico del tomate que es un potente antioxidante, diez veces más fuerte incluso que la vitamina E. Además, tiene propiedades vasodilatadoras, es decir, aumenta el diámetro de los vasos sanguíneos, y, por tanto, protege de la hipertensión, el colesterol, la formación de coágulos y el riesgo de ictus.



En cuanto a su uso culinario, el tomate no tiene comparación. Es sabroso en ensaladas, emparedados, guisos, sopas y cientos de buenos platos.


Los amantes del tomate aconsejan comer los tomates maduros, porque son más nutritivos que los verdes.


 si se compran verdes deben guardarse en una bolsa de papel a la temperatura ambiente, y no refrigerarlos para que no pierdan su sabor y se detenga su maduración.


 Es importante es saber que los tomates cocidos no pierden su valor nutritivo, y que los enlatados, el jugo y la pasta de tomates suelen ser tan ricos en vitaminas A y C y en carotenoides antioxidantes como los naturales.


Los nutricionistas, sin embargo, advierten que ningún alimento solo puede combatir las enfermedades. Debido a esto, aconsejan no consumir el tomate solo, sino acompañado de frutas y vegetales, que son alimentos que también protegen el organismo contra el deterioro de las células y la oxidación.



Disponemos de muchísimas variedades de tomates, incontables tipos de tomates (grandes, chicos, para salsa, ensalada, restregar en el pan y muchos usos más). tenemos gran variedad tiene su particularidad y su uso, así como sus procesos de cultivo.



 Veamos algunas de las variedades de tomates más habituales en los huertos de España y otras regiones de las que pertenecen nuestros lectores. Teniendo en cuenta la inmensa cantidad de clases de tomates que hay y usos, elegiremos algunos.




Tomate azul es una variedad que debido a los altos niveles de antocianinas toma un color más azulado o morado. Su origen está en los Estados Unidos, en la actualidad se producen además de en ese país, en Canadá, en Reino Unido y otras partes de Europa. Se siembra a finales de invierno o principios de primavera y tarda entre 4 meses y 20 semanas en dar frutos.




Tomate tres cantos es una variedad grande, que se utiliza sobre todo como parte de las ensaladas. Los frutos son redondos y pueden llegar a pesar los 200 gramos, o incluso más por pieza y es muy rico en vitaminas A, C y E y antioxidantes.




Tomate corazón de buey es un tomate de ensalada, muy conocido actualmente ya que tiene mucho juego a la hora de preparar cualquier receta exquisita.




Tomate raf es otra variedad de ensalada muy utilizada, sobre todo en España. También llamado pata negra, se parece en cuanto a sus características al corazón de buey, aunque sus pliegues son menos pronunciados y el cuello es verde. Su carne es carnosa y su sabor dulzón, sin perder la acidez característica del tomate, una delicia para poner en tu mesa.



Los tomates cherry son muy plantados debido a su pequeño tamaño y buen sabor. El tamaño facilita su cultivo, ya que se pueden plantar en macetas y disfrutar de ellos en casa.



Cuando no disponemos a siembra debemos de elegir qué tipo de tomates vamos a plantar en nuestro huerto debemos tener en cuenta las necesidades particulares de cada cultivo. El tomate es un cultivo de la temporada de verano, aunque también se puede cultivar en nuestro invernadero casero.


 Como sabéis existen muchas variedades de tomates en el mercado. Si disponemos de una huerta o de una pequeña, o una maceta en el balcón, podéis cultivar tomates en casa. En el caso del terrazas, los tomates los cultivaremos en jardineras o contenedores.



¿Cuáles son los beneficios de comer tomates?

Comer tomates cuida la salud digestiva El consumo diario de tomates nos ayuda a evitar tanto el estreñimiento como la diarrea. Gracias a su contenido en fibra, estimulamos el movimiento peristáltico de los músculos digestivos y también la liberación de los jugos gástricos. Una forma de cuidarnos sanamente



Comer tomates para una piel más sana Tanto el comerlos como la aplicación externa de tomate puede ser beneficiosa para la salud de la piel. El licopeno contenido en los tomates ayuda a proteger la piel contra los rayos ultravioleta.



Consumos tomate es una fruta deliciosa y buenisimas para la salud, y encima tenemos la posibilidad de sembrarla nosotros mismos



La historia del tomate está envuelta en rumores, habladurías y especulaciones, pero una cosa es cierta: El fruto rojo favorito de todos (sí, es una fruta) no se originó en Italia. A pesar de ser un ingrediente esencial en la pizza y la pasta, el tomate llega a nosotros a través de México y América Central.

 

El tomate en su forma original, sin embargo, no era el prolífico globo rojo que conocemos y amamos hoy. Era un fruto pequeño y fragante (imagínese un tomate cherry) que los nativos americanos molían y combinaban con ahi, una especie de chile, para hacer una salsa picante. Aunque los nativos americanos llevaban siglos consumiéndolos, los tomates no tardaron en ganarse una mala reputación en América. Los colonos creían que los tomates eran venenosos, y prácticamente nadie de ascendencia europea se atrevió a comer la fruta hasta principios del siglo XIX por miedo a la muerte.

 

 De hecho, a Thomas Jefferson se le atribuye en gran medida el cultivo del tomate para su consumo en Estados Unidos. Jefferson registra cada año la plantación de esta controvertida fruta en su «Calendario de Jardines», que mantuvo desde 1809 hasta 1824. En sus «Notas sobre el estado de Virginia», de 1787, nos proporciona quizá la primera referencia escrita sobre el cultivo de tomates por parte de los colonos del Nuevo Mundo. Sus meticulosos registros indican que con frecuencia vendía tomates en los mercados de Washington, D.C., y diferentes variedades aparecen comúnmente en las colecciones de recetas personales de su familia.

 

Pero Jefferson se adelantó a su tiempo, y la mayoría de la gente común simplemente no estaba preparada para probar los tomates por sí misma -aprobados por el Padre Fundador o no. Una historia muy difundida afirma que Jefferson horrorizó una vez a un aldeano de Lynchburg, Virginia, al comer un tomate, aunque no hay pruebas del incidente. Lo que sí podemos asegurar es que no fue hasta las décadas de 1820 y 1930 cuando más estadounidenses se sintieron cómodos con la idea de comer tomates, y fue casi a finales de siglo cuando se aceptaron de forma generalizada.

 

 Sin embargo, el tomate importado tuvo más facilidad para asimilarse a la hora de comer en Europa, especialmente en Italia. Los italianos vieron inmediatamente algo especial en el tomate, y aunque al principio confiaban en el fruto con fines medicinales, en el siglo XVI ya consumían tomates con fruición, normalmente en forma de salsa.

 

 El resto del continente europeo tardó más de 100 años en ponerse al día, pero cuando los estadounidenses empezaban a probar los tomates, los franceses e ingleses los consumían con vigor. Parte de la popularidad de la fruta se debió al auge de las conservas. Además de enlatados, los tomates también se consumían frescos y guisados en salsas para diversas carnes.

 

 En el siglo XX, los tomates podían encontrarse en casi cualquier mercado, tanto en América como en Europa. El tomate es ahora uno de los alimentos más consumidos en el mundo. Cada año se cultivan y venden más de 1.500 millones (sí, ¡millones!) de toneladas de tomates en todo el mundo, lo cual es bastante impresionante para una fruta de la que poca gente había oído hablar, y mucho menos se había atrevido a probar, hace tan sólo un siglo.






Comer un tomate maduro y jugoso es uno de los verdaderos placeres del verano. También es una de las mejores cosas que puedes hacer por tu cuerpo. Su rico color rojo proviene del licopeno, un poderoso antioxidante que se encuentra en muy pocos alimentos. Además, un tomate grande ofrece cantidades decentes de vitamina C y potasio, lo que reduce la presión arterial.


Los tomates cultivados localmente pueden ser tu mejor apuesta para la salud y el sabor. "En un intento por crear frutas firmes, redondas y resistentes a las plagas, las grandes compañías de agricultura eliminaron accidentalmente el gen del sabor", dice Amanda Bontempo, R.D., nutricionista oncológica de NYU Langone Health. Además, las variedades que venden en las tiendas de comestibles generalmente se recolectan temprano para que no estén demasiado maduras cuando llegan a las tiendas. "Los tomates madurados al sol generalmente tienen más sabor y más licopeno", dice Alisa Scherban, R.D., nutricionista de Yale Health en New Haven, Connecticut.


Los beneficios del licopeno

Como todos los antioxidantes, el licopeno suprime los radicales libres, que juegan un papel en el cáncer, las enfermedades cardíacas, y otras enfermedades asociadas con el envejecimiento, dice Bontempo. Un estudio de 2020 publicado en la revista Cancer Causes & Control encontró que los hombres que comían tomates casi todos los días tenían un 28% menos riesgo de padecer cáncer de próstata que los hombres que no lo hacían. El licopeno también puede proteger la piel del daño solar que puede causar cáncer de piel, y algunas investigaciones sugieren que ayuda a las mujeres a mantener la masa ósea a medida que envejecen.


Obtienes más licopeno de los tomates y lo absorbes mejor cuando se cocinan. Por ejemplo, un tomate fresco grande tiene aproximadamente 5mg de licopeno, en comparación con aproximadamente 17 mg en 1/2 taza de salsa de tomate. "El licopeno está atrapado en la pared celular del vegetal", dice Scherban. La cocción rompe las paredes de la célula y libera el licopeno. No hay una ingesta recomendada de licopeno, pero alguna evidencia sugiere que tan solo 7 mg por día es beneficioso.


Para mejorar la absorción de los tomates frescos, hazlos puré o tritúralos, lo que también rompe las paredes celulares (piensa en salsa, gazpacho o salsa fresca). Otro consejo: También usa aceite de oliva, aguacate o queso. Los carotenoides como el licopeno son solubles en grasa, por lo que se absorben mejor cuando los ingieres con algo de grasa.


Otros colores también tienen beneficios. Por ejemplo, los tomates naranjas contienen betacaroteno, que se convierte en vitamina A en tu cuerpo, y los tomates amarillos tienen luteína, que ayuda a prevenir la degeneración macular, una enfermedad ocular relacionada con la edad.


¿Riesgo de inflamación?

Las personas con artritis, especialmente artritis reumatoide, a menudo piensan que deben evitar los tomates y otras verduras solanáceas (por ejemplo, las berenjenas, papas y pimientos) ya que pueden causar inflamación que lleva a dolor en las articulaciones. La noción puede provenir del hecho de que esta familia de plantas contiene un compuesto llamado solanina, que en grandes cantidades puede ser tóxico. Sin embargo, la cantidad que se encuentra en las verduras de las solanáceas es extremadamente baja. No hay investigaciones que demuestren que las solanáceas causen inflamación. De hecho, es todo lo contrario. "Los fitoquímicos de los tomates tienen un poderoso efecto antiinflamatorio", indica Bontempo.


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